LOS 200 DE LA FAFI.

Terminaron los juegos universitarios, alegría para algunos, tristeza para otros, pero lo más importante fue que estuvimos ahí, vivimos plenamente nuestras vidas universitarias como hace mucho tiempo no se veía por estos lares.
No quisiera hablar de aquellos detractores de estas actividades, mucho menos de los que no participaron o no asistieron, me gustaría hablar de aquellos 200 guerreros de la FAFI.
Estos 200, conformados por alumnos, ex alumnos, atletas y no atletas, estos que con todo orgullo pueden llamarse UNIVERSITARIOS pues no han temido en ningún momento al desafío impuesto, que fue la de acompañar a nuestra Facultad y defender nuestros colores.
Algunos se preguntaran ¿Por qué guerreros?, porque sin importar la distancia o los desafíos que la madre natura nos impuso (calor, frio, lluvia, etc.) estuvimos ahí, todos aferrados a un mismo sueño, el de salir campeones, si bien no se pudo, de igual manera luchamos hasta el final, caímos y nos volvimos a levantar en varias ocasiones, esto hace grande a las personas.
Aquí no existió egoísmo, por dos semanas el fanatismo hacia nuestras carreras se volvió un amor incondicional hacia la FAFI, lo mas importante de todo, nos unimos todos como una gran familia.
Ya comienzo a extrañar el grito de “FA – FI” antes y después de cada partido, sin importar el resultado, nuestro grito siempre estaba ahí, fue nuestro “vencer o morir".

Me sorprendí gratamente el día de la inauguración cuando en las gradas encontré a los tildados de “figueredistas o contreras” saltando y alentando desde las gradas hasta el final, menos aún olvidar de que en cada partido por lo menos una persona estaba alentando a todo pulmón.
Como olvidar aquellos gestos de hermandad y solidaridad, si no te tocaba jugar prestabas tu camiseta con una única condición, la de dar todo por ella, hasta la ultima gota de sudor.
Todo lo que hicimos, bien o mal, fue solo por un motivo, no por una estructura o infraestructura, sino por un sentimiento llamado FAFI.
Nunca olvidare a aquellos 200 guerreros con los que compartí palmo a palmo esta lucha llamada Juegos Universitarios, ellos dejaron de ser mis compañeros para transformarse en mis hermanos.

Por Hugo Ferreira Meffert